Todo inició gracias al espíritu emprendedor del señor Don Fausto García, el cual lo llevó a abrir varias empresas, entre ellas, una fábrica de botanas, una embotelladora de refrescos, una fábrica de jabón y, finalmente en 1946,
un negocio de repartición de agua en pipas jaladas por mulas, sobre la calle Churubusco, en el Sector Libertad de Guadalajara, todo esto en asociación con su hermano, Don Carlos.
Por aquellos años había un problema de escasez de agua en Guadalajara originado por el gran crecimiento poblacional. Recordemos que desde su fundación, la zona metropolitana de la ciudad se suministraba de agua potable desde fuentes superficiales y subterráneas en los valles de Atemajac, Toluquilla y Tesistán, sin embargo acercándose la segunda mitad del siglo XX con el crecimiento poblacional, dichas fuentes no eran suficiente y el agua empezaba a ser escasa en la ciudad.
No fue hasta 1957 que se construyó un canal (más tarde un acueducto) para proveer de agua a la ciudad proveniente del lago de Chapala.
El tema de la escasez de agua llegó a ser tal, que se les ocurrió añadir regaderas públicas, en ese mismo lugar, sin vapor y solamente con agua fría.
Posteriormente, debido a la gran demanda de regaderas públicas, abrieron en 1950, los
Baños San Martín, ubicados en la calle Cabañas #72, a media cuadra del Mercado Libertad (también conocido como San Juan de Dios), en alusión al poblado de San Martín de Hidalgo, Jalisco, de donde eran originarios. Baños San Martín ofrecía servicios de vapor y agua caliente, así como el ahora famoso vapor general.
El éxito fue rotundo: la gente que llegaba del interior del estado a la ciudad, así como los vecinos y habitantes de zonas populares, se detenían a tomar un baño, siempre había gente en espera e incluso llegaban a haber más de cien personas esperando su turno para ducharse.
En 1962, decidieron expandir el negocio sobre la entonces calle Escobedo (hoy Calz. del Federalismo), en el barrio de Mexicaltzingo. A estos nuevos Baños decidieron nombrarlos “Baños Guadalajara”, con el mismo concepto que los San Martín, pero con mayores dimensiones y mejores instalaciones.
Así estuvieron operando paralelamente ambos negocios, hasta que luego los rumores que circulaban se convirtieron en realidad: El ayuntamiento de Guadalajara anunció que la entonces calle Escobedo sería ampliada para dar cabida a un túnel de trolebuses y convertirla en una arteria importante en el eje norte-sur de la ciudad: la actual calzada del Federalismo. Las casas habitación y comercios que se encontraban en la calle Escobedo fueron indemnizados y demolidos, y en el caso de los Baños Guadalajara, perdieron más de la mitad de su superficie, siendo muy costoso reabrirlos a la operación, por lo que permanecieron cerrados de 1970 a 1979.
Más tarde, el 17 de septiembre de 1979, Don Fausto, con la ayuda de uno de sus hijos, reabrieron los Baños Guadalajara, resultando en otro rotundo éxito con el servicio de vapor general. En 1986 ambos hermanos decidieron dividirse los negocios, llegando al acuerdo de que a Don Fausto le correspondían los Baños Guadalajara.
Baños Guadalajara ha ampliado sus servicios y actualmente cuenta con 3 que son el vapor general, el vapor privado y el jacuzzi familiar.
Desde entonces se ha convertido en una tradición en la ciudad, siendo la opción preferida por los tapatíos y los visitantes que llegan a la ciudad.
López Ramírez, Martín E. Ochoa García, Heliodoro, "Geopolítica del Agua en la zona metropolitana de Guadalajara: Historia y situación actual del espacio vital" Disponible en: https://rei.iteso.mx/bitstream/handle/11117/453/Geopol%C3%ADticaDelAgua-Gobernanza.pdf?sequence=2
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